Hasta el 6 de abril de 1974 no existían los límites de velocidad genéricos, tal y como los conocemos hoy. Los coches ponían los límites. El Gobierno publicó el decreto 951, que instauraba por primera vez límites de velocidad en función del tipo de vehículo y de la vía por la que transitase.
En las autopistas y autovías se impuso una limitación genérica de 130 km/h, aunque en la España de entonces la red de vías de alta velocidad era de risa comparada con la actual. En las “nacionales” el límite se puso en 110 km/h, 90 km/h en las carreteras con arcén estrecho y de carácter local.
Esta limitación estuvo vigente hasta 1976, cuando el Gobierno de la transición recortó los límites a 100 km/h con la intención de ahorrar más. La motivación de 1973 fue clara, ahorro energético, aunque el primer motivo era la “seguridad vial” según el mismo texto.
El automovilista que decidiese infringir esas limitaciones también tendría que hacer frente a consecuencias. El artículo tercero nos habló de 250 pesetas de multa hasta 10 km/h de exceso, 1.000 pesetas por 20 km/h, 2.000 pesetas por 30 km/h, 5.000 pesetas por más de 40 km/h. Ajustando inflación, eso era una pasta.
El salario medio rondaba las 10.000 pesetas al mes, así que imaginad el palo al bolsillo. Un utilitario normalito de la época costaba algo más de 120.000 pesetas. El litro de gasolina (62 octanos) costaba 11 pesetas. Creo que esa última cifra nos pone ya a todos en perspectiva.
En varios países se instauraron medidas más drásticas, como prohibir circular días alternos por matrícula, modificaciones horarias, racionamiento de combustible… Pero Occidente aprendió y empezó a tomarse en serio lo del consumo y la eficiencia energética. Eso ya es otra historia que merece la pena contar aparte.
¿Cómo eran los coches en la España de 1974?
El Citroën GS fue Coche del Año. En el Salón de Barcelona se presentó el SEAT 132, en versiones 1600, 1600 L y 1800. Había nacido Ford España, la fábrica de Palencia (FASA Renault), la planta de Valladolid de Michelin, British Leyland se había quedado con Authi, entraron en vigor las matrículas reflectantes…Pero vamos a ver ejemplos típicos de coches que se compraba el español medio, y las velocidades máximas que eran capaces de desarrollar:
- Authi Mini 850: 115 km/h
- SIMCA 1000: 130 km/h
- Citroën 2CV: 102 km/h
- Renault 6: 130 km/h
- SEAT 124D: 149 km/h
Como podemos ver, la limitación estaba bastante acorde a las posibilidades mecánicas de los coches de la época, siempre hablando de velocidad máxima, es decir, con el motor a punto de echar las válvulas por el tubo de escape y con un ruido de mil demonios.
Extraido de: motorpasion.com
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