'' LA GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO SIGUE DENUNCIANDO PRESIONES INTERNAS PARA PONER MÁS MULTAS "
Nos tienen como recaudadores; es una competición diabólica por no perder sueldo" Los complementos por productividad dependen de la puntuación que obtenga cada agente y de la decisión de los superiores. La AUGC lleva años denunciando que el sistema actual da lugar a presiones para incrementar el número de multas en no pocos destacamentos de Tráfico, lo que provoca que muchos agentes se planteen el cambio de unidad. Madrid, Sevilla, Las Palmas o Valencia, a la cabeza de las provincias en las que más sanciona la Guardia Civil.
"Al analizar su actividad (...) se llega a la conclusión de que es ciertamente escasa. Teniendo en cuenta que afortunadamente no ha tenido usted que actuar en ningún accidente con heridos, ha tenido mucho más tiempo para dedicarse a otras labores fundamentales de todo componente de la Agrupación de Tráfico (...). Sorprende que siendo la vigilancia de carreteras un cometido fundamental que queda patente en la diversa normativa, y al que según sus papeletas de servicio usted ha dedicado mucho tiempo y ha recorrido muchos kilómetros, no haya observado ni una sola infracción". Éste es un fragmento de un escrito que recibió un agente de la Guardia Civil de Tráfico en el que su superior le alertaba de su "bajo rendimiento profesional" a juzgar por su escaso número de denuncias.
La situación no es nueva, pero no cambia. Desde hace años, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la agrupación mayoritaria del instituto armado, viene denunciando la excesiva valoración que se da a las denuncias por infracción de la Ley de Seguridad Vial en detrimento de otras actividades propias de la Agrupación de Tráfico, como pueden ser la prevención y el auxilio en carretera. Y no solo eso, sus quejas apuntan a supuestas presiones y amenazas para que los agentes sean más activos poniendo multas, en ocasiones hasta por escrito, como consta en el documento al que ha tenido acceso este medio. De lo contrario, podrían perder sus complementos por productividad funcional y seguridad vial, lo que supone cerca de unos 200 euros mensuales para un agente de la escala básica.
"Hemos llegado a un punto en el que parece que nuestro trabajo es única y exclusivamente generar denuncias porque da dinero. Nos tienen como recaudadores", protesta un portavoz de la AUGC consultado por Vozpópuli. El temor al que se enfrentan todos los meses los agentes de muchos destacamentos de Tráfico radica en el RAI (Resumen de Actividades Individuales), un sistema que evalúa el trabajo que cada componente de cada especialidad realiza. El RAI, sistema que implantó el Gobierno socialista, establece unos parámetros según los cuales cada tipo de intervención tiene una puntuación y mensualmente, basándose en los datos de las actividades individuales de los componentes de la unidad, se hace una media global. Los agentes que queden por debajo de esa media pierden los mencionados complementos retributivos. "Es una competición diabólica porque nadie quiere quedar el último y perder parte del sueldo", aseguran desde la AUGC. Consideran que, por supuesto, hay que denunciar, porque hay que hacer cumplir la ley, pero ése no es el único cometido de la Guardia Civil.
Fuga de agentes de Tráfico a otras unidades
Así, se valoran con 4 puntos las denuncias de transportes, mientras las denuncias de seguridad vial reciben una asignación de entre 3 y 4 puntos (hasta 9 si se trata de sanciones en controles de alcoholemia) frente a 1 en el caso de los auxilios en carretera al ser considerados éstos "situaciones encontradas". Por eso, la sensación del colectivo de guardias civiles es que "el compromiso con la sociedad, que es lo que ha dado prestigio a la Guardia Civil y lo que hace años era el servicio estrella" sea lo menos valorado por los jefes. El problema -explican- es que no hay un tope máximo de denuncias, por lo que quedarse el último no significa haber denunciado poco, sino menos que el resto. Lo que se fomenta con esto es que "sales a la calle buscando una presa". "Muchos de ellos son trabajadores que tienen que pagar una hipoteca", justifica el portavoz de la AUGC. Esta situación ha dado lugar a que muchos agentes de Tráfico quieran pasar a otras especialidades para no sufrir ese estrés. En los últimos tiempos, en Madrid ha abandonado la unidad el 30% de la plantilla, "buenos trabajadores con mucha experiencia en carretera".


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