Campos electromagnéticos y salud pública: radares y salud humana.

Los sistemas de radar detectan la presencia, dirección o rango (distancia) de un avión, un barco u otro, usualmente objetos en movimiento. Esto se realiza enviando pulsos de campos electromagnéticos (CEM) de alta frecuencia. Inventado aproximadamente hace 60 años, los sistemas de radar han sido ampliamente utilizados para la navegación, aviación, defensa nacional y el pronóstico del tiempo. Su objetivo principal es seguridad y protección individual y colectiva.
Las personas quienes viven o trabajan en forma rutinaria alrededor de radares han manifestado preocupaciones acerca de los efectos adversos a largo plazo de estos sistemas sobre la salud, incluyendo cáncer, esterilidad, cataratas y cambios en el comportamiento o desarrollo de los niños. Un ejemplo reciente ha sido el supuesto aumento de cáncer testicular en policías que usan radares portátiles de control de velocidad tipo pistola.
Es importante distinguir entre los peligros percibidos y reales que implican los radares así como comprender la base científica de los estándares internacionales y las medidas de protección usadas hoy en día.

Emisiones de CEM

Emisiones de (CEM): Usualmente los radares operan en radio frecuencias (RF) entre 300 MHz y 15 GHz. Estos generan CEM que son llamados campos de RF. Los campos de RF dentro de esta parte del espectro electromagnético se caracterizan por interactuar de modo distinto con el cuerpo humano.
Los campos de RF por debajo de 10 GHz (a 1 MHz) penetran los tejidos expuestos y producen calor debido a la absorción de energía. La profundidad de penetración depende de la frecuencia del campo y es mayor para frecuencias menores. La absorción de los campos de RF en los tejidos es medida como una Tasa de Absorción Específica (SAR) dentro una masa de tejido dada. La unidad de la Tasa de Absorción Específica es vatios por kilogramo (W/Kg.). El SAR es la cantidad utilizada para medir la “dosis” de los campos de RF aproximadamente entre 1 MHz y 10 GHz.
  • Se necesita un SAR por lo menos de 4 W/kg para producir efectos adversos a la salud conocidos, en personas expuestas a los campos de RF en este rango de frecuencia.
Los campos de RF por encima de 10 GHz son absorbidos en la superficie de la piel, con muy poco energía penetrando los tejidos subyacentes. La cantidad dosimétrica básica para los campos de RF por encima de 10 GHz es la intensidad del campo medido como una densidad de potencia en vatios por metro cuadrado (W/m2) o para campos débiles en milivatios por metro cuadrado (mW/m2) o microvatios por metro cuadrado (μW/m2.)
  • La exposición de campos de RF por encima de 10 GHz a densidades de energía por sobre 1000 W/ m2 se conoce que produce efectos adversos en la salud, como cataratas en los ojos y quemaduras de piel.

Exposición humana

La energía que los sistemas de radar emiten varían desde algunos millivatios (radar de control de transito que usan los policías) hasta muchos kilovatios (radares espaciales de gran alcance). Sin embargo, un número de factores reduce significativamente la exposición humana a la RF generada por los sistemas de radar, frecuentemente por un factor de al menos 100:
  • Los sistemas de radar envían ondas electromagnéticas en pulsos y no continuamente. Haciendo que la potencia promedio emitida sea mucho menor que la potencia pico del pulso.
  • Los radares son direccionales y la energía de RF que ellos generan esta contenida en haces que son muy estrechos y se asemejan al haz de un reflector. Los niveles de RF alejados del haz principal disminuyen rápidamente. En la mayoría de los casos, estos niveles son miles de veces más bajos que en el haz principal.
  • Muchos radares tienen antenas que están rotando continuamente o variando su elevación por un movimiento de inclinación, que constantemente cambia la dirección del haz.
  • Las áreas donde pueden ocurrir peligrosas exposiciones humanas normalmente son inaccesibles al personal no autorizado 


Radares de control de velocidad son llevados portátilmente por policías en muchos países. El promedio de la potencia de salida es bastante bajo, algunos milivatios, por eso estas unidades no se consideran peligrosas para la salud, incluso aunque sean usadas muy cerca del cuerpo

Posibles efectos en la salud

La mayoría de estudios realizados hasta la fecha examinaron efectos a la salud diferentes del cáncer. Ellos probaron respuestas fisiológicas y termo-regulatorias, cambios en el comportamiento y efectos tales como la inducción de la opacidad de los lentes (cataratas) y consecuencias reproductivas adversas debido a exposiciones agudas a niveles relativamente altos de campos de RF. Existe también un número de estudios que reportan efectos no térmicos, en los cuales ningún aumento apreciable de temperatura puede ser medido.
Estudios relacionados con el cáncer: Muchos estudios epidemiológicos han abordado posibles vínculos entre exposiciones a RF y el exceso de riesgo de cáncer. Sin embargo, debido a las diferencias en el diseño y ejecución de estos estudios, sus resultados son difíciles de interpretar. Un número de grupos de evaluadores pares nacionales e internacionales han concluido que no existe evidencia clara de una relación entre exposición de RF y el exceso de riesgo de cáncer. La OMS también ha determinado que no existe ninguna evidencia científica convincente que las exposiciones a la RF disminuyen la duración de vida de los humanos o que la RF produce o estimula el cáncer. Sin embargo, es necesario desarrollar más estudios.

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